Una noche mágica, cargada de misticismo y buenas energías, que dieron paso a la celebración de las bodas celtas oficiadas por la profesora May de la Peña y quien consagró los 4 elementos propios de nuestra naturaleza para el ofrecimiento de los contrayentes y seguidamente darle paso a la queimada para sellar la unión, culminando con la foliada para celebrar hasta el amanecer.